No existe una respuesta sencilla a esta pregunta, pues ¡todo depende de tu estrategia!
A veces, lo más lógico es apuntar al enemigo que suponga la mayor amenaza inmediata. Sin embargo, a menudo también conviene atacar a un enemigo al que sepas que puedes matar en la siguiente tirada. De este modo, reducirás el número total de enemigos activos, incluso si el adversario al que has eliminado no es el mayor peligro actual.
En muchos casos, es recomendable atacar a un enemigo que esté enfrente (debajo) de una unidad problemática, ya que así logras que esta caiga y se aturda, de modo que pierda el resto del turno.
También puede que prefieras abrirte paso para alcanzar a un enemigo determinado con ataques cuerpo a cuerpo.
CONSEJO: Pulsa sobre un enemigo situado en la fila delantera para apuntarlo. El enemigo al que estés apuntando estará rodeado por una retícula cuadrada amarilla.